Me mostraban un segmento de la película donde Esther Goris personifica a Eva Perón y dice enérgicamente: "La democracia somos nosotros!". Claramente hablando del proyecto nacionalista de Perón, bién o mal, el último proyecto nacionalista que existió hasta la actualidad, si tenemos encuenta que el proyecto kirchnerista no es más que bocetos de un extraño socialismo-populista que pendula entre el liberalismo y el personalismo; de hecho Brasil con 200 millones de habitantes, está al frente de una región industrializada, y nosotros ni siquiera a la vanguardia, ya que la plata circula por la Argentina pero la inversión es casi cero.
Así y todo, con un gobierno que dice luchar contra las injusticias y carga a su hombro la lucha por los Derechos Humanos, la Argentina de la que nos quejamos los que buscamos la perfección y terminar con el clientelismo político (del que este gobierno abusó en el comienzo de su mandato), que es el mismo Ejecutivo que supo dividirnos a los Argentinos con discursos irrespetuosos y cínicos, que nunca escucha al otro porque aprendieron a verse al espejo como si solamente existiera su Argentina; con todo decía, los argentinos estamos mejor que el mundo: Chile y Colombia en el siglo XXI no cuentan con universidades públicas; y en Europa se aferran desesperados unos a otros al borde del abismo. Eso indica que en la Argentina todavía existe la salvación, que se despilfarra plata porque todavía somos solventes, que nuestros corruptos son nenes de pecho al lado de otros, pero también que tenemos que aprender a darnos cuenta de todo esto antes de que no exista marcha atrás.
Aquí el gobierno habla de democracia y lucha contra los monopolios de los medios para desarrollar sus propios monopolios; en Grecia, las tres profesiones más odiadas son: los funcionarios, los banqueros y... los periodistas.
Los herederos de la cultura griega viven una realidad desconcertante donde los recortes económicos los sufren las clases inferiores que son los que además pagan los impuestos; las clases privilegiadas no solo no pagan los impuestos, sino que ademas siguen despilfarrando dinero y haciendo ostentación de sus lujos, como si la crisis griega no existiera. El Estado se ha ido endeudando sistemáticamente desde 2002, luego de abandonar su moneda y adoptar el euro; por eso su diagnóstico se ha vuelto crítico. Y por eso además, arrastra a naciones como Francia y así el dominó continúa.
La deuda griega supera el 140 % del PBI y ha sido declarada "deuda odiosa". Los griegos hablan mucho de la economía latinoamericana y conocen los "desmanes" argentinos. Por ejemplo, nosotros supimos quejarnos de las cifras menemistas y kirchneristas que se habrían embolsado en Suiza, y ellos aseguran que si repatrian de Suiza sus cerca de 600.000 millones de Euros, pagan a la Troika (Unión Europea, Banco Central Europeo y FMI) no solo su deuda, sino también la de Portugal e Irlanda. Por eso insisten en una audiencia internacional con expertos independientes, como en su momento lo hiciera Ecuador y el propio Estados Unidos después de ganar su guerra en Cuba negándose a pagar la deuda de la administración española. En Ecuador se declaró que la deuda había sido contraída a espaldas del pueblo. En Argentina el "campeador gobierno de Kirchner" debería haber hecho lo mismo, pero vaya uno a saber porqué intereses personales, los santacruceños optaron por pagar los intereses de la deuda y no como el reclamo justo y razonable planteado por los ecuatorianos.
Grecia fue la cuna de la democracia, eso nos enseñaron desde muy pequeños (hoy los adolescentes no lo saben porque les interesan sólo las frialdades o distracciones, o porque tienen docentes que les gusta cobrar a fin de mes, pero no enseñan nada); y los responsables de las ciencias sociales (de la libertad de pensamiento y del pensamiento crítico, de los debates y de la diversidad ideológica) tenemos que explicar que significa, para que entiendan que los seres humanos no estamos desprendidos del mundo en el que vivimos.
Si con todos sus defectos y a veces horrores, la democracia Argentina camina, de dónde fue que aprendimos a reclamarla y dominarla mejor que sus autores.
Grecia tenía una economía básicamente agrícola antes de entrar a la Unión Europea. Y su principal actividad es el turismo, hoy amenazado o en stand by, por la ola del movimiento de "los indignados" en lucha contra los gases lacrimógenos de los antidisturbios. Ni hospitales dignos, trabajo en negro a granel, de todo se arma el collage griego; incluso la iglesia ortodoxa tiene la mayor parte de tierras en su poder. Es el pasado, como si no hubiese despegado hacia el futuro teniendo su base democrática. Es la contradicción misma de la herencia, de su herencia para la humanidad, por la que tantas naciones lucharon y aún añoran (Egipto, Libia).
¡Qué ha pasado en tí Oh Grecia!, cuna de la democracia... ¡qué te ha sucedido?, y encima el mundo parece ir rumbo como en Grecia, a una contagiosa lucha entre "malacas (ingenuos que pagan impuestos) y magas (clases privilegiadas)"; en la Argentina ya mencionamos esa lucha en el 2001 directamente como "entre pobres y ricos". De la Rúa y Menem, siguen vivitos y coleando; e incluso hablando de Ecuador y recordando su guerra con el otro país hermano de Perú en los 90, ha sido traicionado nuevamnente por "la actual justicia independiente argentina" en la causa por la venta de armas. Pero estamos acostumbrados a hacer lo que queremos (como en materia de nuestros recursos naturales y de la ley de los glaciares) porque todavía... pendulamos con suerte.
N.R.: Nuestro país vive un tiempo peligroso, porque sólo existe el oficialismo y eso es lo que lo hace ganar terreno al propio gobierno y no por mérito propio; ya que no es que la oposición argentina haya sido vencida, sino que practicamente no existe ni construye nada, por lo tanto ya hay sólo una palabra y no hay equilibrio.
Fuente: "El país de la deudocracia", Enfoques, La Nación (julio de 2011); "Crisis Finaciera 2010", Wikipedia; internet; bibliografía personal.
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