30 oct 2010

A mi amigo Néstor Toledo (aguante Pino pero...)

EXCLUSIVO PARA MI AMIGO NÉSTOR TOLEDO, DEVENIDO EN IZQUIERDA ANTE FMI


El socialismo es posible en la Argentina porque de forma gradual y en parte (estatización nacional de trenes, control de las explotaciones petroleras y/o mineras, etc) se pueden aplicar sus ideas. Pero el socialismo en la globalización no es exclusivo de la izquierda, y eso es lo que lo hace posible en la Argentina. Porque la Argentina ha sido concebida en el liberalismo, sus instituciones se consolidaron en el liberalismo, y su destino es ser liberal. De lo contrario haría falta una revolución que asesine a más de 40 millones de Argentinos, o establecer una dictadura socialista, para comenzar una nueva Argentina.
Del mismo modo si somos capaces de entender esto, debemos saber que ante un proceso socialista consolidado en el poder (imaginemos el mejor de los augurios para el socialismo) deberían aplicarse a establecer monedas de cambio para sostenerse en el tiempo y no chocar con la burocracia sindical o no permitir que la oligarquía conspire contra esta noble causa. Lo cual no constituye no pelear contra ese sindicalismo o contra esa oligarquía pero si, ir ganando ante la sociedad esos espacios por convencimiento. La contrariada ley 125 debe alcanzarse gradualmente, no de la noche a la mañana, porque la mentalidad no se cambia de la noche a la mañana, porque hay gente que no está dispuesta a cambiar su mentalidad (a resignar sus intereses).
Ahora todos nos volvemos unos equivocamos cuando sólo vemos la Argentina desde nuestras perspectivas de pensamiento o nuestras ideologías (porque entonces al fin y al cabo todas nuestras ideologías no son más que meras buenas intensiones). No vamos a solucionar lo que ya pasó. Sólo podemos construir para adelante. Detectar los errores del pasado no sirve para condenar, no somos los jueces, y en todo caso si la Justicia hoy tiene cabos pendientes entre sus manos, sólo podemos exigir que se haga Justicia. Existe sí la condena social: hacia la dictadura por el terrorismo de Estado, hacia el menemismo por habernos entregado al neoliberalismo que abrió una gran brecha entre pobres y ricos (no fue esto con Alfonsín, fue esto con Menem).
El pasado debe ayudarnos a reflexionar, a encontrar los mejores medios y el mejor camino. En lo personal no puedo mitigar mi odio contra Menem, pero Menem no es mi pasado, yo vivo en su tiempo, y este es el país del dolor que él construyó, somos contemporáneos de sus errores malintencionados. Alfonsín en cambio, no estuvo del lado de las corporaciones políticas, todo lo hizo convencido de que la democracia lo necesitaba y cometió errores sin mala intención, presionado por el menemismo y sus correligionarios nefastos como Terragno o Storani, que detrás de él buscaban socavar la tumba de Alfonsín, para imponer sus directrices que aún pululan por la UCR, pero no por ello se pueden abandonar las ideas de Alem, Illia e Hyrigoyen, sobre todo las de Alem e Illia.
No puedo ver en toda América latina al Fondo Monetario Internacional sin ver a los traidores de los países americanos primeramente. EL FMI no hubiese entrado en ningún lado si en lugar de hacer y dejar hacer a las oligarquías las hubiésemos combatido desde antes.  Pero los que lucharon perdieron sus batallas (aunque dejaron sus huellas que es más importante que sus triunfos); los países americanos entraron en el círculo de la esclavitud, fueron sometidos. Ahora, con la recuperación de los gobiernos, algunos de ellos con impulsos socialistas (Evo Morales, Lula Da Silva), las batallas deben darse en un nuevo marco, que finalmente nos libere del círculo de la esclavitud. Brasil, es un gran ejemplo aún con sus errores.
En la Argentina en cambio sólo aprendimos a criticar en libertad, gracias a la democracia recuperada con el radicalismo en 1983, mirando la paja en el ojo ajeno. De hecho el triunfo radical se  debe en parte a esa vieja consecuencia que viene desde la división entre Moreno y Saavedra, cuando Herminio Iglesias prendió fuego un ataúd con las siglas UCR.
Si un gobierno comienza un hospital o construye viviendas y no llega a terminarlos, el próximo gobierno tira todo abajo en lugar de seguir las obras de bien común. Todo así, somos unos terribles engreídos individulistas. Néstor Kirchner comenzó su mandato mostrando un rostro que parecía revolucionar la forma de pensamiento en la Argentina, pero a la hora de los bifes demostró que no había abandonado sus prácticas menemistas; el matrimonio Kirchner hizo algunas cosas muy importantes, pero borró con el codo todo lo que hizo con sus manos, cuando comenzaron a dividir a los Argentinos; al cabo de casi ocho años no combatieron la pobreza, fortalecieron el círculo de la burocracia sindical, sus leyes “liberadoras” sólo apuntan a generar nuevas corporaciones y nuevos monopolios, además de instaurar una nueva clase de corruptos. Perdieron los objetivos, si es que alguna vez los   tuvieron…
PD: Acierta Luis D´lía cuando dice que Cristina no se parece a M.Estela de Perón, porque la presidente se parece más a Margaret Thatcher cuando la desocupación la llevó a pensar seriamente en el conflicto por Malvinas.

Preocupa hoy: Mariano Ferryra, la desnutrición en provincias como Misiones,  y el 82 % móvil de los jubilados que ayer nos enseñaron la cultura del trabajo. 
  


No hay comentarios:

Publicar un comentario